Por Hugo Moyeja
Periodista Barra Brava
En Brasil se pudrió mal. Alto
bondi se armó cuando una bocha de gente salió a ganar las calles, a cantarle
las cuarenta a los dirigentes corruptos, y a hacerle frente de guapo a la yuta
que reprime después. Meta bala de goma y gases y se la re aguantaron los
brasucas, justo en medio de la Confederaciones y un año antes del mundial de
fútbol, que lo van a jugar en su país después de 64 años. Ese pueblo alegre de
las zambas y los carnavales, los padres del Jogo Bonito que dieron lecciones de
lo que es el arte del balón pie, ganadores de cinco mundiales, ganadores de
casi todo. Esta misma gente, que es capáz de pegarse un tiro cuando la
selección queda fuera del mundial, se
anima a conspirar contra lo que más les apasiona, aunque la joda se haga en su
propia casa. ¿Qué me contursi?
De una le escupieron el asado
al poronga de turno justo antes de comer. Porque no da gastar tanta guita en canchas
de futbol, ni festejar con alegría cuando la gente se muere en los pasillos de
los hospitales, las escuelas se caen a pedazos y el bondi es más caro y anda
como el orto. No da ni a palos hacer una fiesta que vale una fortuna mientras
los pibes se mueren de hambre y los ladrones con chapa política inflan facturas
y cuentas bancarias. No da mirar para otro lado y hacerse el gil. No si todavía
queda un toque de dignidad. Amamos el futbol, pero no comemos vidrio.
Igual nada de esto va a va a
tirar para atrás y que no se juegue el mundial, y seguramente los punteros de
turno hagan unas cuantas gambetas y rabonas para contener a la furia popular.
Los brasucas la pudrieron mal,
pero en realidad todo este bondi es como el árbol que tapa el bosque viste. Atrás
de todo esto está la biyuya de curros monumentales que nada tienen que ver con
el futbol, que se convirtió en un producto pedorro que vende la FIFA. Lo loco
es que los jugadores no cortan ni pinchan en toda esta historieta, manejada por
esta gente, que nunca tocó un balón ni corrió el bondi para no llegar tarde al
laburo. Buena gente que travistió el futbol en una competencia de marcas y un
puterío de periodistas. Todos de querusa
miran para otro lado mientras este gigantesco lavarropas limpia guita y
políticos impresentables. Nadie mete el naso ni para darse un saque. Meterse
con la FIFA es peor que meterse con la ONU. Ojota eh! Así le fue al Diegote,
que le cortaron las piernas varias veces por bocón y tiramierda.
De última, lo que menos importa
es el futbol, lo que importa es la guita, que mueve montañas… de guita. Ya
nadie aguanta los trapos o pone el pecho en el tablón si no es por un billete.
Ningún jugador transpira una camiseta que no sea de marca. Futbol de pecho frio
que se pueda vender por televisión. Y la gilada que come mierda con tal de comer.
Por eso, mientras en Brasil
prenden fuego los municipios y los políticos quedan contra las cuerdas al borde
del nokau, el imperio de la FIFA sigue contando billetes detrás del
árbol sin que nadie toque pito, mientras cranean la próxima joda y organizan de que manera nos van a
seguir fifando.
Pero de última, el futbol no
tiene la culpa, la pelota no se mancha como dijo el Diego.
No hay comentarios:
Publicar un comentario