Vencedores vencidos

Nietzsche Guevara
Revolucionario Bohemio






La reforma de la justicia llevada adelante por el gobierno nacional, encendió la pasión casi futbolera del pueblo argentino a la hora de tomar posición al respecto. Como expertos e idóneos en la estupidez colectiva, la plebe se manifiesta con pancartas que van desde “Por una Justicia Independiente”, al otro extremo que pide “Por la Democratización de la Justicia”. Lo triste de todo esto es que son dos mentiras del mismo calibre. ¿Desde cuando la justicia es independiente? ¿Desde cuando la política quiere democratizar algo?
Lo paradójico, es que de repente muchos de los que viven reclamando por la inseguridad, y denuncian la corrupción de los jueces y la falta de escrúpulos de los abogados a la hora de dejar libres a los delincuentes (y mejor ni hablemos de la policía), esa misma gente que vomita sus miedos por televisión y pide justicia como un mendigo desesperado, ese medio pelo encarnado es el mismo que salió a defender a la “Justicia Independiente”. Se la acusa y se la defiende al mismo tiempo. Karl Marx decía que la contradicción es el motor de la historia, pero esto no es ninguna contradicción, es producto del egoísmo hipócrita de los que quieren cagar más alto que el culo sin ensuciarse. Ni tampoco es historia, a lo sumo historieta. Como marionetas del ventrílocuo mediático, el medio pelo argentino reproduce el discurso prefabricado del poder y eyacula en un éxtasis ciudadano.

Del otro lado están los abanderados del resentimiento y el espíritu de la venganza, que apoyan la reforma del poder judicial, para que a nadie se le ocurra en un futuro tocar a los grandes salvadores de la patria de hoy. Quieren democratizar la justicia apoyando un proyecto de ley redactado por los delincuentes de turno que se cagan en la justicia una y otra vez, y que nos refriegan su impunidad todos los días en la cara. No hay un solo funcionario público que no se haya enriquecido o haya multiplicado su patrimonio desde que asume funciones en el Estado, desde la presidenta hasta el último secretario de un concejal municipal. Pero estos chirolitas nac & pop también son pasaletras, el ventrílocuo oficial les llena la boca con argumentos inverosímiles, en donde siempre está la corpo, Magneto o la oposición retrógrada de los 90’s, ensuciando a esta buena gente.  
Mientras tanto, diputados y senadores se reúnen en el circo del congreso para dar un espectáculo lamentable, en donde se echan la culpa unos a otros defendiendo intereses corporativos. Los opositores políticos son los abanderados de la vergüenza y la ley del menor esfuerzo. Son peores que este gobierno corrupto, porque se oponen a todo y no proponen nada. Pero salen a defender a la Justicia Independiente, esa misma justicia que no investiga el enriquecimiento ilícito de los funcionarios, esa misma que permitió los indultos de los genocidas, la misma que mira para otro lado mientras leyes y negociados siguen donando los órganos de nuestra patria. Ahí está la oposición, afectada por el ataque a las instituciones de la república y a la democracia, pero por dentro los quema el deseo de un golpe de estado, los quema la violencia desenfrenada que despliegan en los medios y en las campañas proselitistas.
La impunidad es la Idea del Poder, y está garantizada por esa Justicia que llaman Independiente. Los tres poderes viven entrelazados en una red de complicidad que hace posible este estado de cosas. La connivencia entre oficialistas y opositores, jueces y policías, abogados y corporaciones, hace que la idea de justicia independiente sea producto de la burla de un cínico mal parido.
Pero igual quédense todos tranquilos, porque en este país todo se reforma para que no cambie nada. Sino que alguien me diga qué tipo de revolución produjo la Ley de medios o la Ley de tierras. Puros golpes de efecto en la letra muerta de la ultrajada ley.
No hay que tomar posición en esto porque la farsa de una justicia soberana e independiente se termina cuando uno pone los pies en la tierra y vive el día a día sin justicia para los nadies, que somos nosotros, porque la peor escoria humana usurpó el poder y la justicia para que el nihilismo, el oscurantismo y la decadencia de los degenerados mentales y los delincuentes de destrucción masiva, sigan sometiéndonos a esta vergonzosa esclavitud llamada democracia.